Cuando comencé con la actividad del blog, pretendía que fuera una ayuda, un estímulo y una fuente de búsqueda, sobre todo para los que pretenden utilizar su mente para descubrir, indagar, no recibir todo hecho sino aportando algo propio.
Para mí era importante que de vez en cuando realizáseis actividades obligatorias. Ya no confío, después de 16 años en la enseñanza, en que si se os deja voluntariamente hacer algo que no va a valer para nota estéis dispuestos a hacerlo, por el placer del conocimiento, por la búsqueda de algo más allá de lo que viene en un simple libro de texto.
En estas actividades obligatorias pretendía que hiciéseis comentarios que yo podía corregir. Es pedagógico que los demás puedan leer las opiniones de sus compañeros, porque puede hacerles ver otras cosas que ellos no vieron, y sobre todo que sea común la corrección por parte del profesor: no sólo enseña al que hizo la actividad, sino a los demás.
Quiero que quede claro, también, que pretendía con esto avanzar hacia una educación con más recursos, y que esto ha supuesto bastante trabajo añadido al habitual. Supone horas de búsqueda, lectura y escritura. Pero aunque al final uno supere con creces las horas que debe dedicar a su trabajo, puede recompensar el hecho de que éste se enriquezca.
Pues bien, hoy me he dado cuenta de que no merece la pena. Por una parte, hace tiempo que vi que este blog no era más que lo de siempre: hacéis los trabajos tarde, o no los hacéis, sin profundizar. Sólo, en general, con algunas excepciones, para cumplir con una obligación. Escribir unas líneas y decir: "ya está hecho".
Pero por otro lado, tras recibir una queja, he decidido eliminar todos los comentarios y cesar la actividad del blog, que dejaré ahí como pieza de museo. Parece ser que alguien se molestó porque, al buscar su nombre en Google, aparecía una entrada con un link a un comentario suyo que, por tanto, pasaba a ser público. Y en comentarios míos hacía ver que no es normal en estudiantes de Bachillerato cometer tantas faltas de ortografía, construir tantas frases sin sentido o hacer supuestos análisis sin haber entrado siquiera a analizar la información disponible. Pero es algo que hay que hacer si lo que se pretende es educaros: educar es, principalmente, decir dónde hay fallos, y pasar menos por alto los fallos graves. Lo contrario es dejar que todo siga fluyendo como si nada pasara. Y claro que pasa: no debe un alumno de Bachillerato conformarse con juntar letras. Debe aspirar a construir discursos. O si no, siempre será un ciudadano de segunda, sin criterio propio y sin futuro en el mercado laboral. Y esa es otra de nuestras labores: además de educaros, prepararos para vuestra futura vida académica y laboral.
Entiendo que pueda ser problemático este asunto con lo que respecta a la Ley de protección de datos. Pero si ya es difícil hacer que un blog como éste funcione, ya casi sería imposible que fuera dinámico si tuviéseis que utilizar claves de acceso y todo quedase entre profesor y alumno. Privacidad. Y al final, esto no sería más que un dinosaurio de otro siglo. Hoy en día todos nuestros datos circulan por internet, y no pensaba que lo que aquí se escribiera pudiese ser motivo de conflicto. Parece ser que sí, por lo que pido disculpas, pero a partir de ahora no gastaré un minuto más en esta actividad, ya que era positivo que fuera pública (unos profesores damos ideas a otros y viceversa, y hay intercambios de información...) a mi entender. Si esto no puede ser público, y parece que no, volveremos al viejo papel y a la era de Gutenberg.
Un saludo y hasta siempre.